Puedo sentir el agujero del que ha amado y no ha sido amado en mi interior. Es un vacío que crece las tardes de domingo cuando veo una pareja compartir una sutil caricia en el reposa brazos del cine. O en el metro, cuando ella le da la espalda y él la abraza mientras respira el aroma de su pelo.
A veces es tan fuerte el vacío que incluso se atreve a ningunear el resto de las cosas buenas. Temo que llegue el día en que intente desterrar todo atisbo de felicidad. El día en que mi corazón, exhausto en la búsqueda del amor, decida optar por la resignación y la soledad.
Puede que para algunos el amar sea una necesidad vital, como el respirar. Necesito encontrarlo y sentir que me ruborizo y sonrío de manera ridícula al cruzar una mirada con él. Muchos me dicen que esa persona aparecerá, que solo hay que esperar. Mientras tanto, prometo seguir estrechando la mano de la gente preguntándome si es él quien tengo delante.
"Sans toi, les émotions d’aujourd’hui ne seraient que la peau morte des emotions d’autrefois."
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