viernes, 23 de marzo de 2012

Sourires chinois



Son muchas las caras que he conocido en estos dos meses, no tantas las personas que he descubierto tras ellas. En todo caso, hoy me apetece hablar de él. No pienso decir que me haya enamorado, pero puedo decir que ha conseguido despertar ese Jon que solo los más cercanos conocen.

Puede que Francia haya alterado aún más mi ya obvio desorden hormonal, algo corregible con una botella de vodka y una noche de desenfreno... pero no lo creo. Esto es diferente. Cuando estoy con él no hay mariposas en el estómago ni gilipolleces del estilo; simplemente sonrío y me siento muy a gusto. Es algo más maduro de lo que he sentido otras veces.

No sé porqué me embarga la sensación de que estamos dejando pasar algo que podría funcionar. Siento como si en dos meses él fuese a desaparecer sigilosamente de mi vida sin dejar rastro. Esto es lo que más me duele, el rechazo es algo que sé llevar con aparente soltura. Me niego a pensar que nuestra relación se limitará a mensajes de cumpleaños y Navidad.

Encuentro fascinante la gente tímida que simplemente observa como la gente como yo da rienda suelta a su verborrea. Me encantaría saber qué piensa cuando su mirada se pierde en el infinito. A veces me recuerda alguno de los personajes literarios grises y de naturaleza atormentada que tanto me apasionan. Personajes que rara vez muestran señales de afecto y que ocasionalmente te sorprenden con una tímida sonrisa.

Hagamos un trato: Yo te querré solo como amigo si tú me regalas una sonrisa cada día.


"Longtemps je t'ai cherchée nuit de la nuit perdue."
Louis Brauquier

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